La estatua es obra de Mariano Benlliure, que realizó el trabajo antes de cumplir los 26 años de edad inspirándose en la de Carlos V obra de Leoni, expuesta en el Museo del Prado.
Hace tiempo llevé a cabo una ruta de Madrid. Siglo de Oro con mi club de lectura. Cada uno llevaba una carta (o más) de un personaje o lugar que se leía en un punto determinado de la ruta. Al llegar a la plaza de la Villa, tras comentar las casas más antiguas de Madrid, nos paramos a los pies de la estatua de don Álvaro de Bazán.
Ahí leímos un texto de El Buscón de Francisco de Quevedo que rezaba así: “Nombraba turcos, galeones y capitanes, todos los que había leído en unas coplas que andaban desto. Y como él no sabía nada de mar, porque no tenía nada de naval más del comer nabos, dijo contando la batalla que había vencido el señor don Juan en Lepanto, que aquel Lepanto fue un moro muy bravo, como no sabía el pobrete que era nombre de mar”.
Pero descubrimos otros versos de Lope que aparecían esculpidos en el pedestal: «El fiero turco en Lepanto,/ en la Tercera el francés,/y en todo mar el inglés,/tuvieron de verme espanto./Rey servido y patria honrada/ dirán mejor quién he sido/ por la cruz de mi apellido/ y con la cruz de mi espada (1588). Ahí quedó la cosa hasta que nos hemos puesto a indagar sobre este personaje ilustre.
El mismo año en que Lope escribió esos versos moría Álvaro de Bazán en Lisboa a los 62 años.
Proviene de una familia de militares. Su padre fue también un gran marino, general de galeras de España. Desde los nueve años, Álvaro hijo se va familiarizando con todo lo relacionado con los barcos correteando por la cubierta del navío paterno. Al cumplir 12 años acompañó a su padre por primera vez en una expedición; con 17 se trasladó a Santander y tomó conocimiento de los distintos tipos de naves.
Con 18 participó junto a su padre en la batalla de Muros en la costa gallega, causando tres mil bajas a los franceses y recibiendo el mando de la escuadra. Esta fue la primera de sus innumerables victorias.
Durante el reinado de Carlos I, don Álvaro de Bazán ya disponía de una escuadra propia cuya función era guardar las costas meridionales de España y proteger la llegada de la Flota de las Indias.
En 1570 todo parecía confluir para que se produjera un choque entre las potencias cristianas y el Imperio otomano. Un año más tarde, la Santa Liga reunió al Imperio español, el Papado, la Serenísima República de Venecia, el Gran Ducado de Toscana, la República de Génova y el Ducado de Saboya contra las fuerzas de los turcos.
Álvaro de Bazán se unió a la batalla de Lepanto con las treinta galeras de la Escuadra de Nápoles. Fue un hombre clave en la victoria de esta batalla. Tras la Batalla de Lepanto, Álvaro de Bazán participó en la ofensiva que Don Juan de Austria dirigió con éxito sobre Túnez.
En diciembre de 1576 fue nombrado Capitán General de las Galeras de España.
En 1578 muere el rey portugués Sebastián I sin descendencia. Tras un par de años de reinado, su hermano Enrique I muere sin heredero. Felipe II reclama su derecho al trono por ser hijo de Isabel de Portugal y nieto de Manuel I. Antonio, prior de Crato, candidato portugués al trono y las coronas de Francia e Inglaterra (reinando Isabel I) se oponen a las pretensiones de Felipe II. Álvaro de Bazán penetró con escasa resistencia en el estuario de Lisboa (allanado el panorama por los tercios de Álvarez de Toledo) y Felipe II fue proclamado rey de Portugal en 1581. Pero el pretendiente portugués huye a las Azores (entonces llamadas islas Terceiras) y se atrinchera en diversos fuertes.
En julio de 1582 Álvaro de Bazán se enfrenta en la batalla de la Terceira con 25 naves a la escuadra francesa al mando de Felipe Strozzi, al que consigue causar unas 2.000 bajas, frente a las doscientas y pico españolas. Es la primera batalla que se libra en mar abierto y con galeones de guerra, y en la que interviene la infantería de Marina.
En 1585, Álvaro de Bazán desempeñó su cargo de Capitán General del Mar Océano y la Capitanía General de la gente de guerra de Portugal. Ante la amenaza de un inminente ataque de Francis Drake sobre Portugal o América y el apoyo proporcionado por Isabel I de Inglaterra a los rebeldes de los Países Bajos, Felipe II decide la creación de una gran armada para atacar a los ingleses definitivamente. En 1586, Álvaro de Bazán ofrece una propuesta de conquista para Inglaterra instando al monarca a tomar la ofensiva.
Pero a principios de 1588 cogió unas fiebres tifoideas que se lo llevaron por delante. No pudo liderar la gran armada contra Inglaterra pero al menos no fue testigo de esta derrota. Quién sabe qué hubiera pasado de encontrarse tan avezado marino al timón de semejante escuadra.
referencias
https://www.youtube.com/watch?v=dMk9-7HwFro
https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81lvaro_de_Baz%C3%A1n